Más allá del rendimiento individual de sus jugadores, el Preston North End tiene como objetivo principal recuperar sensaciones positivas de cara a la próxima temporada en la Championship, tras una campaña sumamente complicada en la que estuvo a solo un punto de caer en la zona de descenso. Esta situación encendió las alarmas en el club, evidenciando la urgente necesidad de elevar su nivel competitivo y realizar ajustes importantes tanto en lo táctico como en lo mental. Con ese contexto, resulta complicado imaginar una victoria en el corto plazo, ya que el equipo aún muestra señales de inestabilidad y falta de contundencia, aspectos que deberá corregir si pretende aspirar a una campaña más sólida y alejada de los puestos comprometidos.
En el lado ‘red’, la incorporación de tres nuevos fichajes —Frimpong y Wirtz provenientes del Leverkusen, junto a Kerkez del Bournemouth— refleja el claro intento del técnico Arne Slot por reestructurar y equilibrar su plantilla de cara a una nueva etapa. Estos movimientos responden no solo a la necesidad de fortalecer el equipo, sino también a cubrir los vacíos que dejan las salidas de jugadores como Quansah y Arnold, cuyas ausencias podrían generar desequilibrios en el sistema de juego. El vigente campeón, marcado por la emoción y el dolor de un ciclo que ha terminado, se enfrenta ahora al desafío de reconstruirse emocional y futbolísticamente, sabiendo que el regreso al terreno de juego traerá consigo una nueva realidad: un grupo renovado que deberá encontrar su identidad en medio de los recuerdos y la exigencia de mantenerse competitivo en la élite.