Las Amarillas vienen de una reciente derrota en un amistoso ante Francia, un encuentro en el que, pese a caer por 3-2, dejaron una buena impresión por su nivel competitivo frente a una potencia mundial. Este resultado, lejos de disminuir su perfil, reafirma su condición de favoritas para conquistar la Copa América, ya que cuentan con un plantel sólido, experiencia internacional y una propuesta de juego ofensiva y ambiciosa. En contraste, la diferencia con selecciones como la Vinotinto es notoria, tanto en rendimiento colectivo como en jerarquía individual, lo que posiciona a las Amarillas como serias aspirantes al título y con argumentos de sobra para destacar en el torneo.
Venezuela llega a esta Copa América con dudas tras una derrota en su último amistoso de preparación, en el que fue superada por 2-1 ante Nueva Zelanda, un resultado que reflejó las carencias defensivas y la falta de contundencia ofensiva del equipo. Ahora, el panorama no mejora, ya que deberá enfrentar a uno de los rivales más fuertes del grupo B, lo que representa un desafío considerable y eleva las probabilidades de comenzar el torneo con una derrota. Este arranque complicado podría condicionar su camino en la competencia, dejando claro que deberá mejorar significativamente si quiere evitar quedar rezagada desde las primeras jornadas.
